Fachadas blancas en la Arquitectura Residencial
Si te gustan las fachadas blancas, conoce qué materiales puedes utilizar para tu casa y cuáles son sus cuidados.
El blanco simboliza la pureza y la perfección. Es la suma de todos los colores y, a la vez, la ausencia de color, motivo por el que es el preferido de los minimalistas, al favorecer las líneas y los volúmenes puros y abstractos.
En la actualidad, el blanco se asocia tanto a viviendas de un sector de elevado poder adquisitivo como a construcciones de bajo coste, donde con el blanco se pretende dar un cierto prestigio a una edificación económica. Sin embargo, hoy existen multitud de tipos de revestimientos blancos que encajan en cualquier presupuesto. Entre las fórmulas más comúnmente utilizadas podemos destacar las siguientes.
Mortero monocapa color blanco.Amado y odiado por igual, es uno de los sistemas de revestimiento continuo para fachada más utilizado. Como ventaja principal destaca su acabado uniforme y continuo a un coste asequible que, bien ejecutado y en las condiciones adecuadas, tiene una durabilidad bastante aceptable.
Como desventaja principal cabe señalar que al tratarse de un material poroso tiende a ensuciarse fácilmente, siendo su blanqueado bastante difícil. Para evitar que se arruine rápidamente y facilitar su limpieza, es recomendable aplicar tras la ejecución del mortero monocapa un tratamiento hidrofugante. Por último, si bien no es necesario la aplicación de pintura, sí es recomendable poner dos capas de mortero, una más gruesa y otra posterior más fina, para asegurar un mejor acabado y evitar pequeñas grietas y fisuras.
Hormigón blanco. El hormigón permite la construcción tanto de fachadas blancas como de estructuras vistas de gran belleza que no necesitan revestimientos adicionales. Para asegurar la calidad, blancura y durabilidad de este acabado se debe tener un mayor cuidado en todas las etapas de la producción y puesta en obra que cuando se pretende obtener un hormigón gris o preparado. La ejecución es ciertamente difícil pero el resultado final, bien hecho, es imponente.
Aplacado de piedra natural.Piedras blancas, desde mármoles blancos a calizas tipo alba o capri, los revestimientos de piedra natural aportan el aspecto sólido y elegante que posee la piedra. Conviene elegir variedades de poca porosidad, pues se ensucian menos y son más fáciles de limpiar.
Tanto en sistemas pegados como en fachadas ventiladas son una buena opción si contamos con un presupuesto holgado. En relación con la piedra natural podemos hablar de los aplacados de cerámica tipo gres porcelánico, con formatos y sistemas constructivos similares. El gres porcelánico tiene un comportamiento excelente, es impermeable, duradero, resistente a los agentes químicos y atmosféricos y su mantenimiento es además escaso y sencillo.
Paneles fenólicos compactos blancos. Utilizado en sistemas de fachadas ventiladas, es uno de los procedimientos más duraderos e inalterables. No le afecta la humedad, ni los hongos ni los productos de limpieza. Es uno de los materiales más resistentes, a la vez que ligeros, que existen en el mercado. Su uso no está muy extendido en el sector residencial, quizás sea, aparte de por su elevado coste, por el aspecto como de prefabricado que proporciona. Se puede combinar el efecto de fachadas blancas con el contraste de algún negativo o color.
- Climatología y agresividad del entorno: Todo dependerá de la ubicación del inmueble. En ambientes agresivos, por contaminación, por lluvias continuas o ambientes salinos, es mejor huir de los revestimientos porosos y elegir aquellos de limpieza sencilla.
- Correcta ejecución y puesta en obra de los materiales: Es importante seguir las pautas marcadas por los fabricantes y las normas según el material que se utilice, así como ejecutar el revestimiento en las condiciones idóneas para evitar un temprano deterioro del mismo.
- Elegir materiales de calidad garantizada, aunque su coste sea más elevado, asegurará una mayor vida útil y menos problemas posteriores. Debemos tener siempre presente la delicadeza del blanco y su fácil deterioro.
- Extremar la limpieza en la fase de ejecución del revestimiento: Si bien el mantenimiento de un cierto grado de limpieza en la obra es aconsejable en cualquier circunstancia, especialmente debe serlo cuando tratamos de conseguir un blanco radiante.
- Utilizar aguas limpias y envases higiénicos para mezclas así como no realizar al mismo tiempo trabajos de otros colores o materiales que puedan ensuciar, son recomendaciones que hay que seguir siempre durante la ejecución de los trabajos.
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